El segundo encuentro de Memoria Indígena tuvo lugar en Lima, Perú, del 20-22 de junio, 2016. Se caracterizó no solo por su profundización en las tareas que se debe continuar, sino también por la interacción, socialización de experiencias e intercambios de expresiones culturales de indígenas y otras personas que participamos.
Una de tantas experiencias fue entendernos desde nuestra cosmovisión como parte de los pueblos indígenas que caminamos hacia el futuro mirando hacia atrás, y en esta introspección recogemos y valoramos aspectos de procesos que se han hecho o que se están haciendo para seguir mejorando. Esta mirada nos ayudará en cumplir con la misión de Memoria Indígena, entendiendo que esto es un continuo desarrollo y enriquecimiento que favorece al indígena en Latinoamérica. Y en ese constante replanteamiento durante el encuentro, surgió una serie de recomendaciones y cuestionamientos enfocada a repensar en las metodologías como una ruta de innovación investigativa teniendo como base las narrativas indígenas.
Cada historia se cuenta desde un lugar, por lo cual como parte del desarrollo del proyecto de Memoria Indígena se continuará focalizando en la voz del indígena y su contexto, además de su metodología, su experiencia para contar y escribir el surgimiento de las iglesias locales ya que las historias oficiales de Latinoamérica poco han visibilizado– incluso desde la investigación– la permanencia de los pueblos indígenas cristianos y su espiritualidad. Por lo dicho, abordar esas experiencias que parecen periféricas junto a las misiones evangélicas no sólo se resalta la importancia de mostrar la diversidad del ser indígena sino que se descentraliza, y con esto trazamos un horizonte hacia la descolonización de la mirada unidireccional de las historias, como ha sucedido cuando solo se escribe biografías y experiencias desde los extranjeros.
Los puntos en común a socializar entre los que participaban fueron algunos conceptos como la iglesia; entendiendo este como un organismo vivo que está en constante movimiento, sobre todo porque para los pueblos indígenas, entre otras miradas, la concibe como un sujeto y no como un objeto estática. Otro de los temas que prolongó la discusión y los aportes, fue el concepto de la historia, entendiendo las definiciones no indígenas y las concepciones desde la cosmogonía indígena. Para muchas culturas orales tenemos que entender que el sujeto indígena tiene una relación especial con su narración, que mediante la oralidad y el acto de recordar y compartir la historia revive la historia ya que esto hace parte de su vida y de su continua transformación. Es así como la persona se convierte en sujeto de una “memoria viva”, y por ende historiador(a).
Se ha considerado que la honestidad es un valor fundamental en el proceso de materialización de la información ya que no pretendemos obviar ciertos conflictos relacionado con la historia de algún personaje o comunidad, igual que Lucas, el evangelista, no trató de ocultar los problemas reales al interior de la comunidad cristiana, teniendo en cuenta que en nuestra común humanidad, la misma comunidad cristiana comparte también en las caídas y victorias, los fracasos y celebraciones. Aun así reconocemos que las poblaciones indígenas por lo general sospechan justificadamente de cualquier investigación y que también hay problemas y ventajas cuando alguien de la comunidad o etnia misma hace el trabajo de investigación. Tenemos que estar conscientes de estos conflictos y trabajar con humildad para publicar historias honestas. Creemos que la investigación, a pesar de su postura histórica muchas veces colonialista, puede aplicarse para el beneficio de los pueblos colonizados e informar y beneficiar a los demás también.
Ante un constante dilema de lo escrito y lo oral existen ventajas y desventajas, por lo cual con la producción de historias Memoria Indígena no intentará legitimar una más que la otra. Es cierto que los procesos de alfabetización, con modelos muchas veces poco adecuados, han generado tensiones y por lo tanto divisiones entre el letrado y el oral, el joven y el anciano en las comunidades indígenas. Sin embargo, es nuestra convicción que lo escrito y lo oral no se contraponen sino que se complementan. Parte de nuestro reto es conciliar estas rupturas mediante un proceso escritural inclusiva que afirma la oralidad, por lo que pretendemos usar metodologías pedagógicas creativas para la difusión de materiales realizadas en distintos contextos para ser compartidas en iglesias locales.
Ante el desafío mencionado, en el transcurso del año como participantes haremos un rastreo bibliográfico de las herramientas que se ha empleado en las diversas tecnicas de investigacion oral y visual desde las ciencias sociales y las artes. Dicho recorrido y socialización no solo nutrirá nuestro conocimiento sino que nos exigirá sentarnos a escribir como han hecho los y las investigadores que quieren lograr un trabajo con un nivel de rigurosidad.
Por lo tanto, Memoria Indígena buscará impulsar contar historia de las iglesias desde la perspectiva indígena en todos los rincones de Abya Yala (América Latina). Para alcanzar este objetivo dependemos de la iniciativa y energías de individuos, iglesias, e instituciones locales o internacionales que quieren apoyar nuestro sueño. Sobre todo porque no tenemos intenciones de centralizar sino buscamos ser el eje central que conecta las iniciativas locales, acompañandolas y capacitando teniendo en cuenta los procesos y publicando las historias que comparten. Somos un movimiento pequeño, pero como la semilla de mostaza que se convierte en una planta grande, esperamos brotar y crecer, creando un impacto mayor en la iglesia latinoamericana y la mundial, convirtiéndose poco a poco como fuerza y modelo para otras personas y comunidades.
Tareas y acuerdos
En vista de lo que conversamos y trabajamos en este encuentro, tomamos algunas decisiones y definimos algunas tareas para avanzar el proyecto. Primero, concordamos que Jocabed Solano (Guna, Panamá) y Andrés Jennings-Grisham (EEUU) serán los Co-Directores Ejecutivos de Memoria Indígena y conformamos un Consejo Consultivo cuyos miembros son Ismael Conchacala (Wiwa, Colombia), Juana Condori (Aymara, Bolivia), Marcelo Vargas (Bolivia), e Irma Espinosa (Perú). El Consejo puede crecer y esperamos tener una persona de cada país donde el proyecto está activo.
Además, decidimos que nuestra meta será reunirnos una vez al año. Haremos un encuentro del Consejo Consultivo con los Directores y un encuentro-taller más amplio en un país diferente cada año. Será un evento regional, es decir los participantes del taller serán personas del país y vecinos cercanos. El tema propuesta para nuestro encuentro el próximo año es de evaluar nuestras experiencias de trabajar con historia oral y la elaboración de historias para el proyecto y a través de esas experiencias del campo crear nuestro propio taller de capacitación y materiales para el uso de futuros participantes en el proyecto. Pensamos reunirnos en Bolivia. Falta hacer un cronograma más detallado, pero decidimos que nuestras tareas para este año y planes para el próximo encuentro son:
- Crear formato o planilla para guiar autores de historias.
- Cada participante se compromete escribir por lo menos una historia este año.
- Etapa de autoformación de nuestro equipo:
- Para crear nuestro taller de historia oral debemos cada uno hacer el trabajo de entrevistar y escribir una historia y compartiremos lo que aprendimos en nuestra reunión el próximo año.
- Revisar literatura sobre historia oral
Para realizar el próximo encuentro existen algunos temas que tenemos que trabajar y definir tales como; ¿Cómo hacemos un taller de escritores o taller de historia oral desde una perspectiva indígena?
- Tiene que incluir hablar de la importancia de contar la historia y de descolonizar la historia de las misiones e iglesias indígenas
- Necesitamos concientizarnos sobre de los efectos negativos y positivos de escribir las historias para la comunidad (¿Cómo podemos evitar los efectos negativos? Podemos hablar con la comunidad mismo de los efectos que han visto por la escritura y luego la tecnología. ¿Cómo podemos afirmar la oralidad y empoderar la comunidad a través de lo escrito?)
- Importancia de la transcripción- tenemos que capacitarnos en esta técnica