Por Francisco Pérez Alonso
Antes y durante la época clásica de la cultura maya.
En la región noroccidente de Guatemala se encuentra el pueblo Chuj, hoy con unos 40,000 hablantes de la lengua. Antes de la llegada de los evangelizadores católicos, los padres o abuelos eran los encargados de la enseñanza sobre el trato entre los hombres y con la naturaleza. Estos padres o abuelos actuaban como sacerdotes, mientras que en los lugares más poblados en el período clásico había maestros o encargados que explicaban cómo se debía de vivir, mediante la oralidad, la pintura, las danzas, y las fiestas, basándose en las acciones de los dioses creadores. Esto se puede notar en algunas pinturas donde había filas de imágenes que podría servir de ilustración mientras los estudiantes u oyentes escucharan o vieran las representaciones de los dioses de la agricultura, creación, guerra, y otros ámbitos de la vida. Básicamente las acciones de los dioses eran como una guía para los seres humanos y los humanos, a su vez, hacían grandes y pequeños sacrificios para poder atender a los dioses. La formación espiritual (o el discipulado en términos evangélicos del mundo occidental) entonces era como tener en cuenta esos conocimientos y transmitirlos a las siguientes generaciones mediante las vivencias. En una conferencia y presentación que fue compartida a inicios de Marzo del 2022 que se llama, “La circulación del conocimiento religioso en la cultura maya clásica (250-900 d.C.)” y que está disponible en línea, pude hacer un apunte de la que hice la siguiente analogía relacionado con el tema de la formación espiritual y discipulado que estamos ahora investigando:
Esta presentación puede ser una analogía sobre cómo los escritores bíblicos registraron los textos siendo inspirados por pneuma/espíritu. No pintaron a Dios como los mayas u otras civilizaciones, pues se les prohibió representar a Adonai con figuras humanas o de animales, pero sí se les pidió también hacer rituales para no olvidar los hechos de Dios. En cambio los mayas sí pintaron a dioses mitad humano y animal pues así debían hacerlo según eran inspirados por el espíritu del arte o nawal que poseían y su comprensión de los dioses. Las muchas pinturas que hicieron registran los hechos de los dioses con los abuelos antepasados quienes también se identificaban con los dioses; mediante rituales de danzas, ofrendas, cantos y juegos, recreaban, representaban y transmitían las acciones de los dioses. Gracias al trabajo de arqueólogos, epigrafistas entre otros, como dice la autora Mallory Matsumoto “se ha podido reconstruir” el significado de lo que antes no se entendía de esos conocimientos religiosos.
Lo que se hacía entonces en el periodo clásico respecto a la enseñanza también se hizo seguramente de otra manera en los pueblos pequeños donde solo hay pequeños templos sin inscripciones como es el caso de mi pueblo Ixtatán, o Tierra de la Sal.
Durante la conquista y hasta el 1900. El Frayle o Monje como discipulador.
Desde el año 1500 en adelante en todos los pueblos fue impuesto otros contenidos respecto a la enseñanza sobre los dioses y los valores basándose en el cristianismo católico de ese tiempo. En cada pueblo se instalaron evangelizadores para instruir a los pueblos de la nueva fe, a quién había que seguir era a Jesús y el contenido del Antiguo y Nuevo Testamento, más específicamente el Nuevo. Aunque esta forma de enseñanza o discipulado respecto a la fe era más formal siempre estaba en el enraizado en el interior de cada discípulo las enseñanzas de los abuelos, enseñanzas que se intentaron destruir por completo por no parecerse bien a los que gobernaban en ese tiempo. En algunos lugares algunos estudiantes recibieron y asimilaron bien la nueva fe. Un detalle puede ser que el énfasis inconsciente de las enseñanzas era que había que hacer las cosas bien según el evangelio pero para disfrutar las recompensas hasta en el cielo. Mientras que los gobiernos y la iglesia sí podían disfrutar de los beneficios terrenales aunque no hicieran las cosas bien. Eso sigue sucediendo ahora aquí en Guatemala donde muy pocos viven bien a costa de la mayoría.
Desde 1900, El pastor como maestro discipulador.
Con la llegada y entrada de la iglesia protestante con sus derivados de evangélica, metodista, etc, el nuevo maestro fue el pastor. Estos nuevos grupos han crecido bastante pues la mayoría de iglesias aquí en Centroamérica son iglesias evangélicas. El contenido de la enseñanza y discipulado era la salvación por la fe en Jesucristo, omitiendo algunas enseñanzas de la iglesia católica. La forma fue a través de reuniones dominicales u otros días en horarios nocturnos a veces, la lectura bíblica, cantos traducidos al español o a los idiomas mayas del inglés y algunas producciones en idiomas mayas, acompañamiento personal, y hoy también reuniones virtuales. En las reuniones presenciales la mayoría de las veces se dan lo que es la refacción que consiste en café con pan, enchiladas, tostadas con frijoles o algún atol. Para la mayoría de las iglesias todo lo anterior hace forma del discipulado, solo algunas iglesias o las más grandes tienen un curso así llamado específicamente discipulado que puede durar medio año con reuniones una vez a la semana e impartida a los nuevos conversos.
En cuanto a la liturgia las iglesias evangélicas son conservadoras con sus cantos aunque incluyen cantos contemporáneos. En los pueblos las enseñanzas son bilingües entre el español y el idioma maya.
Hay un instrumento que la iglesia evangélica aun no incorpora entre los instrumentos musicales y es la marimba, por considerarse como instrumento mundano todavía. Así preguntando por los marimbistas aquí en mi pueblo Ixtatán con quienes pudiera aprender ese instrumento algunos me han dicho que otros marimbistas abandonaron el instrumento porque se convirtieron en evangélicos, y el fin evangelístico de algunas iglesias es eso convertir a los incrédulos y que abandonen la marimba. Casi nunca se verá a un evangélico bailar con ese instrumento. Aunque ya no debería de haber ese prejuicio. Mientras que entre los católicos o carismáticos la marimba no es un instrumento mundano, pues es usado para acompañar los demás instrumentos como la batería, el piano, la guitarra para entonar los cantos durante los servicios de culto.
Y es que en cantos está el contenido de las enseñanzas del discipulado o las doctrinas como sobre Dios, Cristo, la iglesia, el pecado, etc. Antes la mayoría de los cantos eran de las traducciones que venían del inglés o español, pero ahora ya hay grupos que han producido muchos cantos en el idioma materno.