Este artículo es una reflexión por Jocabed Solano sobre su experiencia en la COP28 en Dubai, diciembre 2023.

En la COP 28[1] Se registraron 100.446 delegados de manera presencial y virtual, de los cuales 450 delegados fueron indígenas, este año en Dubai la delegación indígena ha sido una de las más numerosas en su participación en las distintas COPs que se han realizado. Sin embargo, en contraste, con los delegados de las industrias de combustibles fósiles quienes fueron siete veces más que los delegados de los Pueblos Indígenas, alrededor de 2,500 personas, fueron muy pocos. Y esta cifra de entrada nos dice mucho sobre la COP28.

A pesar de esto, en los pasillos de la zona azul (para personas registradas en el organismo de la ONU encargadas de coordinar la respuesta global a la amenaza del cambio climático: la CMNUCC)[2] En la expo city Dubai, se escuchaba las voces de activistas indígenas, jóvenes,  mujeres, y comunidades de fe levantando las voces, y la sociedad civil en general pidiendo una mayor ambición de las partes.

Desde el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre el cambio climático (IIPFCC) se pronunciaron con declaraciones en la apertura y cierre de la COP28 con unas demandas puntuales. Además los negociadores indígenas estuvieron activos trabajando para incidir en las negociaciones y los cientos de hermanos y hermanas indígenas en los eventos paralelos y en las manifestaciones en la COP28.

Sin embargo, hasta la fecha, hay una deuda histórica y presente que plantean los Pueblos Indígenas. En las negociaciones no tienen derecho a tomar decisiones y esto no es por ausencia de delegados indígenas, sino por el colonialismo presente en los estados, quienes no reconocen a los Pueblos Indígenas como naciones soberanas y con libre autodeterminación, a pesar de la lucha que han mantenido por muchos años hermanas y hermanos indígenas y gracias a su caminar a favor de los derechos de los Pueblos Indígenas se ha ganado algunos espacios. Pero esto no es suficiente, tener un espacio en las negociaciones para levantar la voz cuando nos dan el espacio. Sin tomar decisiones no es suficiente. El deseo y sueño es que en un futuro cercano, en los espacios de toma de decisiones las naciones indígenas puedan estar como naciones soberanas tomando decisiones como parte, junto con los otros estados.

Es irónico, que son los pueblos indígenas quienes han salvaguardado el 80% de la biodiversidad del planeta gracias a sus cosmovivencias y cosmovisiones alimentadas por la importancia de todas las relaciones, esta espiritualidad que reconoce la importancia de la relación con la tierra a la cual llaman Madre Tierra.[1] Tener soluciones basadas en sus conocimientos y con evidencias que el estilo de vida que cosmoviven es parte fundamental para la solución a la crisis climática, sin embargo sus voces son relegadas a un segundo o tercer plano.

Es por lo tanto que en la declaración final de cierre en la COP28 se hicieron algunas denuncias de parte de los pueblos indígenas: La denuncia de un lobby falso de inclusión a los Pueblos Indígenas. “No estamos aquí simplemente para que ustedes puedan tomar fotografías, somos titulares de derechos según la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y debemos estar en la mesa de toma de decisiones.”

La COP28 llegó a un acuerdo final, con un texto que por primera vez en la historia de las cumbres climáticas pide dejar progresivamente los combustibles fósiles, utilizando la palabra “transicionar” de los combustibles fósiles en lugar de “phase out,” es decir, la eliminación no inmediata pero sí con el objetivo de limitar el calentamiento, que era mucho más radical.

Y las reacciones de los Pueblos Indígenas sobre el texto habrían de esperarse. En su declaración lanzan esta pregunta: ¿Por qué vemos un mayor número de cabilderos de petróleo y gas incluidos en negociaciones a puerta cerrada? Y lo otro es un temor inmediato: se les ha dado luz verde para seguir ¨desarrollando nuestras tierras¨ en nombre del colonialismo verde y de falsas soluciones.

Ya que el texto final al tener la palabra transición es una apertura a continuar con el extractivismo a otros minerales, no hay transición justa si sigue violentando a la tierra y a los Pueblos Indígenas. Sentencian, “no permitirán que sus derechos sean disminuidos, socavados, combinados o confundidos de ninguna manera”.

La “transición” que aparece en el texto no es solo un juego de semántica. Para no colocar en el texto, de manera clara una referencia a la necesidad de “eliminar gradualmente” (phase out) los combustibles fósiles en la COP 28 es devastadora.[2] Se sigue perpetuando de manera visible el “colonialismo verde”, falsas soluciones y agrego también continúa el epistemicidio que es una amenaza real para la extinción de los pueblos indígenas. A pesar de esta realidad dolorosa y de muerte, los pueblos indígenas plantean que “Independientemente de los desequilibrios de poder y la falta de transparencia en las negociaciones, seguimos comprometidos a garantizar que nuestras voces, nuestras soluciones y nuestra sabiduría guíen el desarrollo de una estrategia climática eficaz. Esto incluye mantener vivo el objetivo de 1,5 grados centígrados y transformar el sistema capitalista colonial que creó esta crisis y continúa mercantilizando lo sagrado.”

La mercantilización está sustentada por un sistema basado en el capitalismo donde la tierra es objeto de instrumentalización y violencia para los intereses del sistema capital. Por lo que, me parece necesario preguntarnos ¿Qué es lo sagrado? ¿Dé qué manera se mercantiliza lo sagrado? Y  por otro lado, ¿cómo en las negociaciones dentro de la COPs, se ha dejado de reconocer los sagrado? La vida toda es sagrada y al negociar las partes, muchas de ellas olvidan el elemento de lo sagrado. No hablamos de números, hablamos de seres vivos, incluyendo a los seres humanos. En las negociaciones se toman decisiones que pueden traer vida o muerte y muchas decisiones traen sentencia de muerte para el planeta.

Es por eso que pensar en la mercantilización de lo sagrado es un factor necesario. No podemos seguir pensando y viviendo creyendo que podemos vender, violentar, instrumentalizar, cosificar a la tierra. Una espiritualidad que se aleja del sentido de lo sagrado en la tierra es una espiritualidad que olvida el sentido del ser humano y ser vivo, olvida que la vocación es vivir en armonía con todas las relaciones. Esta concepción de relaciones, de un sentido de familia, de reconocimiento de lo sagrado en la tierra, y que el Gran Espíritu le ha dado vida par generar vida como un don para mantener el equilibrio en el cosmos, es lo místico de este buen vivir que nos invita a convivir bien; y cuando violentamos lo sagrado, atentamos con la vida, llevándonos a una crisis profundamente espiritual, que también es ecológica en otras palabras es la crisis de las relaciones de lo sagrado. Nos ha llevado a la emergencia climática.

El llamado de los Pueblos Indígenas es que seamos conscientes de esto. ¿Cuáles prácticas de nuestro estilo de vida mercantilizan lo sagrado? Los Pueblos Indígenas mencionaron que las negociaciones en la COP28 han sido injustas e inequitativas como siempre. ̈Las promesas y compromisos vacíos no pueden resolver la crisis climática ̈. En el balance global (Global stocktake) los derechos de los Pueblos Indígenas, colectivos inherentes, sistemas de conocimiento y participación han sido ignorados y además la preocupación de los Pueblos Indígenas de la implementación del artículo 28, incluído el artículo 6, Pérdidas y Daños, financiamiento climático, Transición Justa y los textos de adaptación adoptados en el texto de balance global.

“También la AOSIS (La alianza de los pequeños estados insulares) ha dejado muy claro que el Inventario Mundial debe ser el vehículo para corregir el rumbo, pero flaquea en aspectos significativos. En términos de salvaguardar 1,5 ºC de una manera significativa, el lenguaje es sin duda un paso adelante, habla de la transición, lejos de los combustibles fósiles de una manera que el proceso no ha hecho antes. Pero debemos señalar que el texto no habla específicamente de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la mitigación de una manera que sea de hecho “el cambio radical que se necesita”. Es incremental y no transformacional.”

Y es que lo transformacional solo da con cambios de paradigmas, que inicia en el reconocimiento de la importancia de todas las relaciones y nuestra comprensión de la sacralidad de la vida, relaciones justas que vivan con equidad, reciprocidad, complementariedad, gratuidad, de paz, justicia, equilibrio.

Sin embargo, los pueblos indígenas siguen comprometidos desde sus espiritualidades, luchas y resistencias como defensores, guardianes de primera línea de las relaciones sagradas y del conocimiento necesario para un futuro sostenible. Hacen un llamado a escuchar y a trabajar a los científicos, los gobiernos y otras instituciones con la sabiduría indígena en un camino necesario para la solución para la crisis climática. De no hacerlo ponen en peligro de extinción a los pueblos indígenas y al mundo. El llamado para la humanidad desde las voces de los pueblos indígenas es que se una a ellos. Ya que de generaciones pasadas han estado cuidando, asegurándose que el planeta respire adecuadamente, simplemente les pedimos que se unan a nosotros, concluye el texto de la declaración de los Pueblos Indígenas en la COP28.

La presencia de los pueblos indígenas en la COPs, es muy importante, sin ellas y ellos las negociaciones sería peor, su caminar, espiritualidad, lucha, resistencia y voces, permiten que podamos soñar con una tierra sin males como dice el pueblo Guaraní.

Puedes leer la declaración de los pueblos indígenas de cierre en la COP 28: https://www.iipfccpavilion.org/…/iipfcc-closing-cop28…

Algunas fotografías fueron tomadas de Credit: LWF/Albin Hillert
Otras fueron tomadas por: Jocabed R. Solano Miselis y Tamara de Alianza Mesoamericana(AMBP)

 

[1] COPs, conferencias de las partes. Las Partes son las signatarias de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), un tratado acordado en 1994 que cuenta con 197 partes (196 países y la UE).

[2] En las COPs hay dos espacios, la  zona azul (es para personas registradas en el organismo de la ONU encargado de coordinar la respuesta global a la amenaza del cambio climático: la CMNUCC).Zona verde, organizada por el país anfitrión de la COP (llamado la Presidencia) para el público en general.

[1] Desde las perspectivas indígenas, así como la del pueblo Gunadule, la tierra es madre porque emergemos de ella, somos alimentados por las bondades de la tierra y al morir cultivados en la tierra.

[2]https://www.theguardian.com/environment/2023/dec/14/failure-cop28-fossil-fuel-phase-out-devastating-say-scientists