Testimonio del hermano Felipe de la iglesia Evangélica Encuentro Con Dios del pueblo de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, Guatemala.  Traducción escrita por Francisco Perez.

Cuando llegué a la fe cristiana evangélica, no fue aquí en el pueblo que me  junté con mi esposa, sino que en la finca ahí nos juntamos. Cuando regresé al pueblo  empezamos a tener hijos, pero lo que pasó es que mis hijos que nacían y morían también. Cuatro eran, dos varones y dos mujeres. No me acuerdo bien cuando me  encontré con un creyente, a lo mejor alguien lo conoce todavía–él era de San Sebastián. Se llamaba Caxin Xapin (Gaspar Sebastián). Fue el primero en venir aquí en  el pueblo de Ixtatán a predicar el evangelio. Y él me dijo que reflexionara, y que me  arrepintiera y me convirtiera en creyente en Cristo y así Dios te bendecirá. Pero yo andaba  confundido. Pensé y hablé con mi esposa de lo que haríamos y si nos convirtiéramos en creyentes. Desconocía lo de acudir al divino y ni sabía orar, ni las cosas sagradas, pero hablamos entre los dos y decidimos convertirnos en creyentes. Se habían muerto mis cuatro hijos antes. Decidimos que nos hiciéramos creyentes y no importara lo que  pasaría después. No les avisé a mis papás, es como si a escondidas tomamos la decisión con mi esposa. Y como a esta hora, entre las 7:00 a 10:00 de la noche, me iba con mi esposa a la casa de otro hermano que era uno de los que se había convertido antes que nosotros y vivía debajo de donde nosotros. Él era hermano de mi papá y él se convirtió primero. Y ahí venía el hermano de San Sebastián y me iba de noche con mi esposa a aprender y a aprender a orar. Y después mi esposa concibió otro hijo. No le habíamos avisado a mis papas, aunque ellos nos vigilaban cuando íbamos a aprender de la palabra y la oración.

Pero de repente mis papas nos vigilaron más y al darse cuenta a donde íbamos y lo que hacíamos, ya no nos querían hablar, mientras mi otro hijo estaba creciendo bien en el vientre de mi esposa. Dijeron entonces mis papás, ah vamos a ver si tiene poder esa palabra de Dios. En ese tiempo las personas eran muy enemigas del  evangelio, y por eso también se volvieron como nuestros enemigos. Pero como ya había tomado la decisión y sabía de qué trataba el evangelio y seguimos aprendiendo. Estaba llegando el tiempo de que naciera mi otro hijo. Entonces mi mamá fue con los adivinos y ella decía que ya éramos creyentes que ya era otro mi dios. 

Yo ya era creyente cuando se convirtió el hermano Cristóbal, el que nos vendió este lugar (el  lugar donde estaba el templo de la iglesia). Y mi esposa tenía temor e iba con Cristóbal a comentar, “No sé qué haré. Dice la mamá de mi esposo que según los adivinos mi otro hijo que nacerá también morirá.” Hermanos, pero nos dimos cuenta del poder de Dios por eso los animamos a no retroceder en su fe. Se habían muerto mis cuatro hijos anteriores y  pensábamos que el otro que había nacido se iba a morir, por eso pensábamos con mi  esposa en separarnos. Pero resulta que mi hijo creció y estaba bien, así el segundo, el  tercero así tuvimos seis hijos todavía. Ya no se enfermaron ni murieron. Mi mamá se  dio cuenta de eso y ella se preguntaba si en realidad el Dios de ese evangelio que  recibimos tenía algún poder. Aun así, ella nos observaba y veía como mis hijos crecían y no enfermaban, aunque en ese tiempo estaba el sarampión y otras enfermedades aquí en el pueblo. Y como se convirtió también la esposa del hermano Cristóbal, entonces mi esposa venía aquí a orar. Ya no teníamos miedo de las cosas que podrían pasar a nuestros hijos según decía mi mamá o las otras personas. 

De esa forma vi la  bendición de Dios sobre mi familia. Por eso no hay que abandonar la fe, y de esta  manera nos animamos unos a otros. Cuando no buscamos a Dios nos pueden pasar esas cosas malas que nosotros mismos buscamos a veces. Y en ese tiempo no había muchas iglesias, en cambio ahora ya hay muchas iglesias donde uno puede buscar y aprender de Dios.

Este es parte de mi testimonio, si lo contara todo no alcanzaría esta noche. Por ejemplo, algunas veces viajaba de noche y el lobo salía a mi encuentro, pero  no me hacía daño. Y pasé por otras muchas pruebas. Si nosotros confiamos en Dios, él está con nosotros como dice su palabra. Aunque el diablo también está, como lo muestra la Escritura, el diablo persiguió o tentó al Señor Jesús. El diablo está siempre también con nosotros, pero si confiamos en Dios como hizo Jesús, también Dios nos ayudará a vencerlo y salir de la prueba. Hermanos gracias a Dios he tratado de serle fiel y de las muchas pruebas no caí. Jesús y el Padre con su poder está siempre con nosotros. Estas son las palabras que les comparto. Muchas gracias por escucharme. 

Después de este testimonio el hermano Felipe cantó la alabanza de “En la Cruz,  do primero vi la luz” en chuj.

Aquí puedes escuchar el testimonio completo y el canto, grabado en el idioma originario del pueblo Chuj:

Un testimonio de la conversión de Felipe

Yo, Francisco Pérez Alonzo grabé este testimonio el 25 de enero del 2018 en  uno de los servicios nocturnos los días jueves de 7:00 a 9:00 pm donde se cantaba se  compartía testimonios y se estudiaba la palabra de Dios como hasta ahora en la iglesia  Encuentro con Dios del pueblo Ixtatán. Hablé con el hermano Felipe y le pedí permiso para transcribir el testimonio que originalmente lo grabé en audio y hablado en el idioma maya-chuj. El hermano Felipe antes era del comité radial quien se encargaba de grabar o pasar mensajes en maya-chuj en una radio que está en otro pueblo que era de los hermanos kanjobales. La radio se llama “Radio Maya” ahora en el pueblo Ixtatán ya hay tres radios, pero en ese tiempo no había.  

Actualmente el hermano Felipe tiene problemas con la vista, y estoy pendiente  encontrar algunos médicos de la vista para que puedan revisarle los ojos y si el puede  recuperar su visión sería mejor.